El chabón azul


El chabón azul es un tipo peculiar. Poco tradicional y con una forma de ser difícil de entender. Pero no es malo. Tampoco es bueno. Y mucho menos, estupido. El chabón azul tiene su propia idiosincrasia, su forma de ver el mundo y es poseedor de pensamientos poco ortodoxos. El chabón azul procede de forma antiintuitiva pero nunca busca dañar a nadie. Cuida mucho de sí y de los demás. Por más que los demás no sean azules.


El Chabón Azul convive con su tortuga, la cual llamó “Milanesa”. Juegan en el parque, comen verduras hervidas juntos y comparten la misma cama. Milanesa y El Chabón Azul se quieren mucho y formaron una conexión muy profunda. Él sabe cuando su mascota tiene hambre, sed, sueño o está aburrida. A veces, El Chabón Azul se pone a bailar en frente de Milanesa para alegrarle el día, le cuenta chistes sobre conejos o mira La Patrulla Canina con ella sentados en el sillón de la sala. El Chabón Azul sostiene que Milanesa siempre quiso ser un perro y no quiere que Milanesa se frustre. Le confeccionó un collar fluorescente para cumplir su sueño y que Milanesa no se pierda en las noche de verano, cuando salen juntos afuera a tomar el fresco.


Al Chabón Azul le gusta mucho la música. Pasa las tardes y las noches escuchando Polka Alemana. Ensaya pasitos extrovertidos en la cocina esperando conocer a una chabona azul con quien bailar. El Chabón Azul no quiere viajar a Alemania. Siente que sus raíces están en Asia.


El Chabón Azul es un gran interesado en la política y los fenómenos sociales. Tiene sus ideales muy bien consolidados. El Chabón Azul es Anarco-Comunista. Su lema de cabecera es “Hace lo que quieras, pero para todos iguales”. Sostiene que es el único sistema social que terminaría con los asesinatos en su comunidad. Si uno mata, lo cual está permitido porque cada uno puede hacer lo que quiere, deberá matar a todos, incluyendo al primero que mató primero. Una especie de juego maquiavélico que ideó en el cual o nadie mata o la raza humana deberá ejercer la eutanacea y desaparecer de la faz de la tierra. En su cabeza, tiene sentido aunque no lo comparte mucho. Demasiado llama la atención por ser azul y no quiere que lo persiga la policía.


En los últimos años, El Chabón Azul se decidió a explorar su espiritualidad. Indago en las más tradicionales y otras un poco menos, hasta que se decidió por una. Él es facho-budista. Su lema es “Iluminación o plomo”. Fundó un templo en su casa donde solo están él y Milanesa pero es optimista de que en el futuro habrá más adeptos.


El Chabón Azul ama jugar a las cartas pero odia El Truco. Dice que como un juego va a llevar ese nombre cuando se saca más puntos con el envido. Hubo un dia que organizó un torneo con premios al que llamó “Torneo de Envido”. El juego tenía las mismas reglas, solo había que cambiar la palabra truco por envido y viceversa. Los jugadores, envalentonados con la bebida de la casa, se terminaron confundiendo y hubo disturbios. El Chabón Azul se ganó la bronca de los demás chabones de su comunidad ese día y nadie más le habló. Así fue como decidió ir en busca de nuevos horizontes. Hasta terminar en Corea del Norte.


Allí conoció a una bella chabona violeta. La primera vez que se vieron, fue en el parque central. El Chabón Azul estaba con Milanesa en el estanque de los patos, tratando de cazar uno para comerlo a la noche. La chabona violeta se acercó a él.


- Creo que no podes hacer eso… ¿cómo te llamas?

- El Chabón Azul. ¿Vos?

- Chabona Violeta

- ¿Qué tienes en la mano?

- Un tamagotchi… se lo pedí prestado a mi hermana. Ella es de otro color... ¿comprendes?

- Porsupollo.. ¿Cual es su nombre?

- Esmeralda… como mi abuela.

- Sin “Chabona”?

- Perdió el documento.


El Chabón Azul y Chabona Violeta se quedaron conversando en el parque hasta que casi anochece. Mientras veían el ocaso, Chabona Violeta lo invitó a tomar un café en el barcito de la Esquina Kim Tu-bong y Choi Yong-kun. Eso tomó por sorpresa a El Chabón Azul. Nunca una chica le había traído esa gran invitación.


El Chabón Azul comenzó a pensar en pasar una vida con Chabona Violeta. Después de todo eran casi del mismo color y El Chabón Azul era un chabon tolerante. Allí El Chabón Azul le pidió ser su novia y Chabona Violeta se con los ojos bien abiertos le replicó:


- Lo siento El Chabón Azul pero sos un chabón demasiado azul. Te conocí intentando cazar un pato en la plaza pública de Pionyang, Corea del Norte. Sos muy azul… perdón.


Y salió corriendo sin pagar la cuenta. El Chabón Azul recordó que se había olvidado a Milanesa en el parque. Así que pagó y se dirigió al encuentro con su amigo arrastrando los pies y mirando al suelo. Cuando llegó al estanque de los patos, allí estaba Milanesa, arriba del banquito donde estaba sentado El Chabón Azul cuando llegó Chabona Violeta.


- Creo que mi compañera debería ser del opuesto al azul. Una chabona amarilla, digamos. ¿Volvemos a La Comunidad amigo?

 


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